Ambición Legendaria



La leyenda de Lis Chi: Misión Campo del Cielo de Maruja Bustamante y Gael Policano Rossi. Dirigida por Maruja Bustamante.

x Martín Villagarcía

En medio de un aluvión de trabajo que incluye la dirección de Paraná Porá y América Latina, la actuación en Doberman de Azul Lombardía y Maruja enamorada de Vivi Tellas y los shows en vivo de su banda musical Te Amo, Maruja Bustamante presenta quizás su proyecto más ambicioso del año: La leyenda de Lis Chi. Escrita en conjunto con Gael Policano Rossi, esta saga teatral de superhéroes (dividida en 5 episodios que se van a ir estrenando a lo largo del 2013) viene a releer el género infantil desde una contemporaneidad mucho más inclusiva.  

Como en toda historia de superhéroes, el conflicto central es el que se da entre el protagonista y su antagonista, héroe y antihéroe. Allí están Aaron Lifschitz (Hernán Morán), rebautizado “Lis Chi” por Úrsula Patricia López (Monina Bonelli), ambos enemistados desde la infancia, cuando su amor se convirtió en un imposible para Úrsula por no ser judía como Aaron. La oportunidad perfecta para vengarse llega al momento en que el Presidente (Rafael Spregelburd) recurre a Aaron para encomendarle resolver el robo de un meteorito de Campo de Cielo, en Gancedo (Chaco); lo que él no sabe es que en realidad todo se trata de una trampa de Úrsula, cuyo último plan es destruir el mundo. Acompañan a Lis Chi en esta misión Emilio Slavkin (Gonzalo Pastrana), su fiel secuaz y wingman; Marina Lisfshitz (Iride Mockert), su hermana; SH1K5Y (interpretada también maravillosamente por Monina Bonelli), su dulce androide, todos bajo la protección y supervisión espiritual de la maestra Tamara Horowicz (Constanza Nacarato). Por su lado, Úrsula hace su alianza con el Capitán Bortnik (Emiliano Figueredo), un malvado villano que colecciona cabezas de superhéroes; su mano derecha, Gaga (Juan Manuel Cabrera) y sus secuaces extraterrestres (Aymará Abramovich, Carlos Cano y Pablo D’Eelia).

Tomando como punto de partida un género convencional y codificado como el infantil, La leyenda de Lis Chi viene a subvertir y releer todo lo que puede tener de esperable una historia de superhéroes. Donde las relaciones y conflictos esperables son los que obedecen a una “moraleja”, Lis Chi propone un universo en el que eso queda de lado al servicio de ofrecer una perspectiva acorde a los tiempos que corren, en el cual otras sexualidades como las de Gaga y el Capitán Bortnik se incluyen de una manera natural. Es quizás la influencia del animé (y no la de los superhéroes norteamericanos) la que se pone en juego allí, tomando como referencia una serie como Sailor Moon, que se ocupó de desordenar los géneros e identidades sexuales de toda una generación. Por otro lado, La leyenda de Lis Chi no deja en ningún momento de ser una obra de Maruja Bustamante (incluso en un momento aparece una réplica exacta de su cabeza en la colección de Bortnik) y Gael Policano Rossi. Se trata de un proyecto que incluye y nuclea a todo su grupo de trabajo de La Casona Iluminada y Grupo Capicúa, tanto en el escenario como en el detrás de escena, al mismo tiempo que forma una constelación imaginaria con toda su obra anterior.

La puesta en escena es como la de un show de Madonna, donde el vestuario es impecable y asombroso y la escenografía es alegórica. Todo es generado en realidad de forma virtual a través de proyecciones de imágenes y video, una tecnología que permite la incorporación de personajes invitados como el Presidente o Adif y Almagor (interpretados por Lolo y Lauti). Por último, la labor de los actores resulta admirable desde todo punto de vista, ya que aparte de lo dramático, incluye todo un trabajo de coreografía (a cargo de Pablo Lugones) para las escenas de baile y pelea.

Ficha técnico artística
Autoría: Maruja Bustamante, Gael Policano Rossi
Idea: Maruja Bustamante
Actúan: Aymará Abramovich, Monina Bonelli, Juanma Cabrera, Carlos Cano, Pablo Delia, Emiliano Figueredo, Iride Mockert, Hernán Morán, Constanza Nacarato, Gonzalo Pastrana
Actuación en video: Alejandro Alonso Marcucci, Natalia Gonzalez, Paula Mesón, Rafael Spregelburd, Luciano Vargas
Diseño de maquillaje: Gustavo Alderete, Natalia Gonzalez, Macarena Rodriguez
Diseño de vestuario: Gustavo Alderete, Alejandro Alonso Marcucci
Diseño de escenografía: Sebastián Roses
Diseño de luces: Mariano Arrigoni, Javier Casielles
Realización escenográfica: Federico Macchi
Realización de vestuario: Gustavo Alderete, Alejandro Alonso Marcucci, Eugenia Carabajal, Felicidad Molina, Macarena Rodríguez
Coreógrafo: Pablo Lugones
Video: Laura Castro
Música original: José Ocampo
VJ: Vjero
DJ: Andy Menutti
Fotografía: Rodrigo Tubio
Ilustrador: Rodrigo Moraes
Diseño gráfico: Nicolás Deshusse
Asistencia artística: Gael Policano Rossi
Asesoramiento de producción: Monina Bonelli
Asistencia de vestuario: Rodrigo Lico Lorente, Natacha Marquez, Macarena Rodriguez
Asistencia general: Malen Andrada, Ariel Argañaraz, Amanda Mujica, Lucas Mussu, Rafael Perczyk, Vanina Rivera, Rosalia Torrez
Asistencia de dirección: Nicolás Capeluto, Luciana Martínez Bayón
Prensa: Debora Lachter
Producción ejecutiva: María Solari
Producción general: María Solari
Puesta en escena: Maruja Bustamante
Dirección: Maruja Bustamante
Duración: 60 minutos

COMPLEJO CULTURAL TEATRO 25 DE MAYO
Av Triunvirato 4444 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4524-7997
Entrada: $ 50,00 - Domingo y Sábado - 17:00 hs - Hasta el 04/08/2013
Entrada: $ 50,00 - Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado - 16:00 hs - Hasta el 04/08/2013

El dinero no es nuestro dios



Saturnalia. Dramaturgia y dirección de Gael Policano Rossi.

x Martín Villagarcía


A un año de estrenar un primer work in progress en el Festival El Porvenir 2012 de teatro Sub 30, Gael Policano Rossi estrena Saturnalia, su ópera prima como director de teatro. Descrita como “un drama esotérico en 5 actos”, la obra narra la reunión de una familia de magos en pos de realizar una predicción para los hombres de la bolsa, en la que no sólo la magia pasa a ser bien de una economía de intercambio, sino también los vínculos familiares.

Saturnalia comienza con el canto de sirena de Magdalena (Julián López) a sus tres hijos para que regresen al hogar familiar. El primero en llegar es Cardigan (Andrés Passeri), el hijo mayor, tiempo después de haber huido con la fortuna familiar para hacer negocios con la magia en Perú. A continuación llegan Ringo (Cristian Scotton), el hijo del medio y Mississippi (Bárbara Massó), la hija menor, cerrando así un primer triángulo de poderes e intereses. En el momento inicial, lo que está puesto en cuestión no es tanto el por qué de la tertulia, sino cuánto dinero hay de por medio, puesto que la suma debe estar a la altura de tres necesidades muy distintas. La discusión llega a su fin con la entrada de Magdalena, acompañada por Dino (Martín Wollmann), el criado; momento en el que se revela la próxima llegada de los economistas para pedir un calendario anual de predicciones con el fin de torcer el destino a su favor.

Si bien el fin de contar con el apoyo de sus hijos es para manejar mejor la energía oscura que mueve el dinero, todos los miembros de la familia se ven afectados por su fuerza. Principalmente Mississippi, que es quien tiene la mayor sensibilidad, tanto para el dinero (puesto que es la más endeudada de los tres hermanos), como para la magia. El chivo expiatorio termina siendo Juana Sinclair (Paula Baró), invitada a la saturnalia en busca del mismo dinero que todos desean.

Lo que Saturnalia pone en discusión no es el estatuto de verdad de la magia (que no está puesto en duda en ningún momento), sino el del dinero, que se revela como una tabula rasa esperando ser llenada por el deseo de quien lo porta. Por otro lado, hay algo del orden de lo femenino que se pone en cuestión, siendo por un lado la madre interpretada por un actor varón y cargando al personaje de la hija con todo el peso de los acontecimientos.

Con una sintaxis por momentos similar a la de los films de David Lynch, la obra transcurre a medio camino entre la realidad y la fantasía (que nunca equivale a mentira), bajo una atmósfera excelentemente lograda por la puesta en escena y, sobre todo, por el trabajo con la iluminación y la música de Gonzalo Pastrana, que vuelven epifánico cada momento de clímax.



ENTREVISTA a Gael Policano Rossi.

¿Cual te parece que es la relación entre la magia y el teatro?

La relación entre la magia y el teatro para mí es absolutamente intrínseca. Magia o ilusionismo y teatro o ritual (o poesía también) componen este lugar donde los símbolos percuten sobre la significación y en lo posible sucede lo imposible; magia y rito porque está el que mira y el que oficia, hasta incluso hay en el teatro momentos de transubstanciación; se produce una purificación por medio de la palabra (y de la ¡repetición! de la palabra) como en un sortilegio o en una misa. Sumo a la magia la religión y el sentimiento religioso en la fé de los actores, especialmente.
Creo que esta pregunta es lo que traté de dilucidar cuando se hizo la obra: todas las respuestas o hipótesis para responder esa pregunta (incluso si eran contradictorias entre sí) permitieron que se me configure ese terreno de “el ritual”, pero no en un sentido histórico de “aquel ritual que era así o asá”, sino en un sentido mucho más cercano, personal y artesanal.

¿Por qué elegiste a un actor hombre para interpretar al personaje de Magdalena?

Que un actor varón interprete el papel de la madre es una más de las tantas convenciones que se aceptan en el pacto con el espectador en la sala de teatro. No es condicional de la obra escrita esto: es una decisión de ésta puesta en escena en particular, responde a estas necesidades y a este momento en que se hizo. En un sentido más “orgánico”, cuando escribí la voz del personaje de la madre bien podría ser una bruja bigotuda con voz portentosa y fue inmediato cuando escuché a Julián López leer el papel tomar la decisión de que él lo interprete.

¿Por qué te parece que el dinero mueve energías tan negativas?

El dinero nunca es suficiente, ahí ya tenemos un drama. Sería bueno pensar la carga kármica que tiene o no un billete que pasó de mano en mano y si a veces no te cae un billete maldito y te caga la vida.
En general pienso que el dinero está endiosado o demonizado, más en Argentina en este momento, y como preocupación constante en este momento social donde está en crisis la idea de “valor” (subas, bajas, deudas, redistribuciones, luchas de sentido alrededor de quién valoriza, cotizaciones paralelas, la moneda nacional y el símbolo patrio, por nombrar algunas pugnas): ese billete, que tiene la carita de un prócer, que no vale nada, que “dice” que “vale” una suma, un numerito en una relación tiempo-trabajo humano-papelitos me resulta una incógnita impresionante, artificiosa y tremendamente conflictiva. Más si te falta. Más si no te alcanza lo que ya tenés y más aún si no podés parar de querer más.

¿Saturnalia es parte de un proyecto más grande o es una obra autónoma?

Como obra es autónoma. Me gustaría filmar una película con los actores, me quedé con ganas de seguir escribiendo y trabajando con ellos y jugar un poco más.

¿Cuáles fueron tus influencias a la hora de hacer la dramaturgia de la obra?

La principal influencia que puedo reconocer es haber trabajado de tarotista en una santería en el barrio de Belgrano durante 2010: las preguntas que me hacían y las preocupaciones de las personas en ese momento me llenaron de imágenes y pensamientos que no pude evitar terminar escribiendo.
Después trabajé mi indagación sobre estos materiales: un libro de 1916 muy especial que se llama Las 36 situaciones dramáticas de Georges Polti (y la controversia que retoma Étienne Souriau con Les Deux Cent Mille Situations dramatiques); El ángel exterminador de Buñuel, que nunca la había visto, y la vi cuando empecé a escribir la obra y no dudo que me trastornó de tal modo que jamás hubiera salido esta obra de este modo si no fuera por esa peli, casi de un modo ‘condicionante’; y La gaviota de Anton Chejov, por supuesto.

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Gael Policano Rossi
Actúan: Paula Baró, Julián López, Bárbara Massó, Andrés Passeri, Cristian Scotton, Martín Wollmann
Músicos: Gonzalo Pastrana
Vestuario: Federico Castellón Arrieta
Escenografía: Grupo Capicúa
Iluminación: Maruja Bustamante
Realización de dispositivos lumínicos: Mariano Arrigoni
Fotografía: Rodrigo Tubio
Asistencia de dirección: Luciana Cantisani
Productor asociado: María Solari

Dirección: Gael Policano Rossi

¿Cómo luchar contra la soledad?



Doberman. Dramaturgia y dirección de Azul Lombardía.
x Martín Villagarcía

En el marco del proyecto “Óperas primas” del Centro Cultural Rojas, Azul Lombardía estrena Doberman, su debut como directora de teatro, una obra que pone en cuestión lo femenino y las formas de hacer frente a la soledad.

Lo primero que vemos es a Mercedes (Mónica Raiola), (apenas) vestida de “entre casa”, teniendo una interminable conversación telefónica con una amiga mientras prepara la salsa de tomate para los fideos que va a compartir con su hijo (y que va llenando de aroma a comida la sala del teatro). El tema de la conversación es Mirna (Maruja Bustamante), más específicamente su marido, y el género al que se adecuan las dos interlocutoras es el chisme. En su Nuevo museo del chisme, Edgardo Cozarinsky rastrea la etimología de la palabra y llega, entre otras conclusiones, a las siguientes: “En inglés, la palabra gossip, chisme, designa en una acepción arcaica a cualquier mujer, y también, más precisamente, a la charlatana y transmisora de novedades (…). En francés, la palabra potin, donde pot, olla, está visibilísima, deriva de esta por intermedio de potine, término acuñado en Normandía para un calentador portátil que las mujeres llevaban a sus reuniones invernales; de allí potiner, habla alrededor de la potine, y finalmente fruto de esta conversación: el potin, el chisme”. No es casual entonces que el espacio en el que transcurre la acción de Doberman es justamente la cocina, donde la olla está hirviendo y donde las mujeres ejercitan la lengua hablando de los demás. En este contexto llega Mirna a la casa de Mercedes, aquejada en principio de su reciente trastorno mental y, enseguida, de la sombra de la sospecha de que su marido la está engañando.

El universo propuesto por Doberman es el de lo femenino y a lo largo de la obra se le van presentando una serie de preguntas. En principio, ¿cómo vivir juntas? En tanto el problema principal no son los hombres (ausentes, aunque hablados), sino ellas mismas y su convivencia. En segundo lugar, ¿cómo luchar contra la soledad? Es decir, ¿cómo emplear el tiempo libre, alejadas del centro y, al mismo tiempo, tan cerca unas de las otras? Por último, ¿cómo y para qué reproducirse? ¿Qué hacer con los hijos cuando la presencia del hombre de la familia queda en tela de juicio? ¿Cuál es su rol? Si bien la obra coloca a las dos protagonistas en posiciones asimétricas, en tanto terminan enfrentadas, ambas dos están sujetas a las mismas circunstancias y funcionan como espejos.

Doberman se sostiene en la comedia, apoyada en el texto de Azul Lombardía, pero sobre todo en las increíbles actuaciones de Maruja Bustamante y Mónica Raiola, y en la tensión que genera la inminencia del desastre, tanto en la vida privada de cada una como en su propio enfrentamiento.

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Azul Lombardía
Actúan: Maruja Bustamante, Mónica Raiola
Escenografía: Santiago Badillo
Iluminación: Santiago Badillo
Diseño sonoro: Gustavo Podlischevsky
Dirección: Azul Lombardía
Este espectáculo formó parte del evento: Teatro en Construcción
Este espectáculo forma parte del evento: Óperas Primas 2013
CENTRO CULTURAL RICARDO ROJAS
Av. Corrientes 2038
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4954-5521 / 4954-5523 / 4954-5524
Web: http://www.rojas.uba.ar
Entrada: $ 20,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 24/05/2013

¿Cómo y para qué reproducirse?





Boom de Peter Sinn Nachtrieb. Dirigida por Hernán Morán.

x Martin Villagarcia


En paralelo a su obra Simpatía, Hernán Morán estrenó recientemente Boom, una comedia sobre el fin del mundo y de las especies escrita por el dramaturgo norteamericano Peter Sinn Nachtrieb. Si bien no es usual encontrar en el off porteño obras extranjeras, Boom se suma a una serie de apuestas por una dramaturgia importada en diálogo con una puesta local, como es el caso de Shopping and fucking (del inglés Mark Ravenhill, dirigida por Mariano Stolkiner) y Hundan el Belgrano (del también británico Steven Berkoff, dirigida por Clauda Marocchi).

Julio (Nicolás Woller) se levanta a Jose (Vanesa González) por internet y la invita a pasar una noche de sexo desenfrenado a su casa, pero cuando ella llega a su departamento no se encuentra con el semental que le prometieron, sino con un tímido científico que rápidamente revela su homosexualidad. La pregunta es para qué la invitó y la respuesta está en la supuesta inminencia de la colisión de un meteorito contra la tierra, un fenómeno que repetiría la extinción que alguna vez terminó con los dinosaurios, esta vez aplicada a la raza humana. El plan de Julio es, una vez pasada la hecatombe, volver a poblar el planeta con la ayuda de su partenaire.

La pregunta que plantea Boom es ¿cómo y para qué reproducirse? ¿Qué papel juega el género y el sistema clasificatorio a la hora de la reproducción? Si bien Julio alega ser homosexual, finalmente le confiesa a Jose que en realidad él es virgen. Entonces, ¿cuál es el sentido de su orientación sexual? Boom es en realidad una puesta en abismo, donde los personajes están en realidad interpretando una obra de teatro a modo ilustrativo al servicio de Bárbara (Dalia Elnecavé), una académica venida del futuro que nos muestra cuál fue el momento bisagra de la historia de la especie.

Si bien se trata de una obra extranjera, la dirección de Hernán Morán la pone en perfecto diálogo con el teatro porteño, sobre todo a partir del trabajo con los actores. Cabe destacar la brillante interpetación de Dalia Elnecavé y la puesta en escena sumamente plástica, realizada íntegramente a partir de cartón.

Ficha técnico artística
Texto: Peter Sinn Nachtrieb
Adaptación: Hernán Morán
Traducción: Nicolás Barsoff, Nicolás Woller
Actúan: Dalia Elnecavé, Vanesa Gonzalez, Nicolás Woller
Vestuario: Lucila Rojo
Escenografía: Lucila Rojo
Diseño de luces: Emiliano Cativa
Fotografía: Juan Salvarredy
Diseño gráfico: Diego Beyró
Asistencia artística: Laura Woller
Producción: Nicolás Woller
Dirección: Hernán Morán

Web: http://boomlaobra.blogspot.com.ar
EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4862-7400
Web: http://www.elextranjeroteatro.com
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Lunes - 21:00 hs - Hasta el 17/12/2012


Sufriendo juntos




Simpatía de Hernán Morán. Dirigida por María Urtubey y Hernán Morán.

x Martín Villagarcía



Después de Los insolados, basada en textos de Horacio Quiroga, Hernán Morán vuelve a la dramaturgia y la dirección de la mano de María Urtubey con Simpatía, definida por ellos mismos como “una comedia liviana sobre gatitos, amor y muerte”. La aclaración no está demás, en tanto la obra marca un quiebre con la tensión dramática que es usual en su teatro; sin embargo, la manzana no cae lejos del árbol.

Simpatía está compuesta por cuatro historias que se intercalan y se cruzan entre sí. En la primera, Ofelia (Adriana Pregliasco) vuelve a vivir con su hermano Julián (Andrés Passeri) luego de la muerte de la madre. En la segunda, Fernando (Sebastián Suñe) recibe la visita de Marianela (Pilar Abentin) en su casa del campo a donde se acaba de mudar con Juana (Vanesa Strauch), poco tiempo después de separarse. En la tercera y última, Lucía (Julia Amore) busca ayuda para su gato moribundo en la veterinaria de Julián, que tras irse a vivir al campo dejó a Felipe (Juan Manuel Zuluaga) a cargo. En todos los casos, lo que está puesto en juego son formas de vivir juntos y soportar el dolor propio o ajeno, en el sentido de dar apoyo y contención.

Por un lado, Simpatía se propone como una “comedia liviana” y juega en varias ocasiones con el humor, sobre todo en lo que respecta a los personajes de Adriana Pregliasco y Julia Amore, que apelan a lo cómico desde dos lugares distintos. En este mismo sentido funcionan las canciones de Te Amo que musicalizan la obra. No obstante, por el otro lado, el abordaje de la historia no pierde el rigor dramático que es usual en las obras de Hernán Morán. Después de todo se trata es de siete personajes que sufren y buscan quien los acompañe y ayude a liberarse del dolor, ya sea en la figura de un gato huérfano o una monja que no es monja.

La dramaturgia resulta interesante en tanto, como reza el programa, es el resultado de un trabajo de improvisación con los actores, lo cual aporta al clima liviano y cómico, en tanto son escenas cortas que se van superponiendo donde los personajes pasan de una a otra, ya sea en cuerpo o por evocación. La puesta en escena aprovecha el espacio desafiando lo poco convencional del Abasto Social Club, haciendo un despliegue hacia todas las direcciones. Cabe destacar la dirección en conjunto de Morán y Urtubey, especialmente en lo que respecta al trabajo con los actores, y la performance siempre impecable de Adriana Pregliasco, así como también la música de Te Amo que es interpretada en escena y suena al final.

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Hernán Morán
Actúan: Pilar Abentín, Julia Amore, Andrés Passeri, Adriana Pregliasco, Vanesa Strauch, Sebastián Suñe, Juan Manuel Zuluaga
Vestuario: Paz Perez Rojas
Escenografía: Nicolás Capeluto, Hernán Morán, Maria Urtubey
Diseño de luces: Verónica Alcoba, Fernando Chacoma
Video: Lucas Santa Ana
Música: Te Amo (Maruja Bustamante, Iti el hermoso)
Web: https://www.facebook.com/simpatiateatro
ABASTO SOCIAL CLUB
Yatay 666
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Web: http://www.abastosocialclub.wix.com/yatay666
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Sábado - 23:00 hs


¿Cómo ser contemporáneos?



La verdad sobre la temporada de liebres de Patricio Ruiz.
Dirigida por Luciano Ricio.

X Martín Villagarcía


La verdad sobre la temporada de liebres es ópera prima por partida doble. Por un lado, de Patricio Ruiz como dramaturgo y, por el otro, de Luciano Ricio como director, ambos actores del off porteño.

La obra toma como punto de partida la reunión de la familia Ferrero a propósito del cumpleaños de Melba, la hermana mayor (Kairiana Núñez Santaliz), que quedó paralítica y debe nombrar un apoderado. De esta manera, el universo femenino conformado por ella, su hermana Manón (Yanina Gruden) y su prima Holanda (Bárbara Massó), se enfrenta por primera vez en mucho tiempo al regreso de Lincoln (Patricio Ruiz), el hermano varón, que llega para presentar a la otra Holanda (Camila Vanore), su futura esposa. El conflicto radica en las expectativas que tiene cada uno de los personajes de esta reunión en torno de lo que debe decidir la hermana lisiada y de lo que genera la vuelta de Lincoln y el reingreso de una figura masculina a la casa. En ambos casos, hay algo del orden del secreto que se pone en juego. Por un lado, los sentimientos de Holanda hacia su primo y, por el otro, el incidente que dejó a Melba postrada de por vida.

Por detrás de la trama familiar, el tema de La verdad sobre la temporada de liebres es el tiempo y las consecuencias de su paso. Esto se puede ver principalmente en la figura de Lincoln, que partió de la casa de una manera y volvió de otra, traicionando las expectativas de sus hermanas (y, sobre todo, las de su prima) y su propia forma de vida. Por otro lado, está lo que hizo el tiempo con el negocio familiar y la familia propiamente dicha. Antaño, una burguesía acomodada, el presente la encuentra en un estado de plena decadencia, fenómeno agravado por la llegada de Holanda, la futura esposa de Lincoln, nueva rica proveniente de una clase inferior en alza. En el fondo, la pregunta que resuena es ¿cómo ser contemporáneos? Tanto entre sí como con el mundo.

La puesta en escena es casi minimalista, como suele ocurrir con las obras presentadas en El Extranjero y la puesta de luces, además de acertada, es efectivamente funcional a los climas de represión y liberación de la obra. Cabe destacar el trabajo de dramaturgia de Patricio Ruiz, cercano a la poética de Hernán Morán o Maruja Bustamante, que suelen trabajar la problemática intra-familiar en ambientes periféricos y en otros tiempos, y la labor de dirección de Luciano Ricio, especialmente en el trabajo sobre los actores.


Ficha técnico artística
Autoría: Patricio Ruiz
Actúan: Yanina Gruden, Bárbara Massó, Kairiana Núñez Santaliz, Patricio Ruiz, Camila Vanore
Vestuario: Merlina Molina Castaño
Escenografía: Fernando Lancellotti
Iluminación: Julio Alejandro López
Fotografía: Lucas Coiro, Nicolás Deshusse
Arte: Merlina Molina Castaño
Diseño gráfico: Nicolás Deshusse
Colaboración en vestuario: Loana Javiera Junco
Asistencia de dirección: Maria Florencia Colace
Prensa: Octavia Gestión Cultural y Comunicación
Producción general: María Solari
Dirección: Luciano Ricio
Web: http://temporadadeliebres.tumblr.com/

EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-7400
Web: http://www.elextranjeroteatro.com
Entrada: $ 50,00 - Jueves - 22:00 hs - Hasta el 26/10/2012

Un hombre que se ahoga



Cliff (Acantilado). De Alberto Conejero. Dirigida por Alejandro Tantanian

 x Martín Villagarcía

Luego de un año con obras de perfil muy alto (Las islas, sobre la novela de Carlos Gamerro en el Teatro Alvear y Blackbird en el KONEX), Alejandro Tantanian vuelve al off en El Extranjero con un Cliff (Acantilado), un proyecto más íntimo. La obra, escrita por el español Alberto Conejero, es un biodrama unipersonal que toma la vida del actor norteamericano Montgomery Clift a partir del accidente automovilístico que lo haría pedazos.

Lo que Cliff viene a poner en discusión es un problema de identidad. La premisa misma de la obra es: “¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift?” La pregunta surge en principio a partir de un hecho histórico. En la noche del 12 de Mayo de 1956, apenas unos meses después del la trágica muerte de James Dean, Montgomery Clift chocó su auto contra un poste telefónico y sufrió un accidente del que nunca se recuperaría. Su cara (su marca registrada y, por ende, su marca identitaria por excelencia) quedó severamente afectada y tuvo que ser cosida, conservando para siempre las cicatrices. El daño no fue sólo estético y lo que se vio afectado es todo aquello del orden de la subjetividad. Tomando este incidente como punto de partida, Cliff pone en escena el doloroso proceso de sobrevivir a una muerte que no fue, pero que dejó en jaque toda posibilidad de vida. En un gesto propio de la cultura norteamericana y estudiado por Gilles Deleuze, Montgomery Clift encuentra en el alcohol la única línea de fuga posible hacia sí mismo.      

Quien sostiene todo esto es Nahuel Cano, el único actor en escena que hay en toda la obra. Si bien al principio el parecido con Clift es inexistente, su trabajo actoral (en la palabra, pero también y, sobre todo, en el cuerpo) traen al fantasma del actor norteamericano de entre los muertos. La recreación de época es impecable, al mismo tiempo que minimalista; se ven imágenes de sus películas en loop, se oye la voz de Ella Fitzgerald y, sobre una mesa, se disponen unos pocos objetos clave: un libreto y el teléfono a través del cual llega la voz de la única persona que puede curar el dolor de Montgomery Clift: Elizabeth Taylor o, como él la bautizó al momento de hacerse amigos, Bessie-Mae.

Ficha técnico artística
Autoría: Alberto Conejero
Versión: Alejandro Tantanian
Actúan: Nahuel Cano
Vestuario: Oria Puppo
Escenografía: Oria Puppo
Iluminación: Oria Puppo, Alejandro Tantanian
Musicalización: Alberto Conejero, Alejandro Tantanian
Video: Santiago Brunatti
Fotografía: Ernesto Donegana
Diseño gráfico: Leandro Ibarra
Asistencia de dirección: Gisel Robles, Mariano Tenconi Blanco
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Producción ejecutiva: Victoria Murphy
Coreografía: Celia Argüello Rena
Dirección: Alejandro Tantanian

EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-7400
Web: http://www.elextranjeroteatro.com
Entrada: $ 60,00 / $ 40,00 - Sábado - 23:00 hs

Ningún suelo más querido


Hundan el Belgrano. Escrita por Steven Berkoff, dirigida por Claudia Marocchi.

x Martín Villagarcía


Los aniversarios siempre son oportunos para volver a poner en discusión aquello que se recuerda. A 30 años de la guerra de Malvinas, la representación de Hundan el Belgrano viene a mostrar un punto de vista, una perspectiva y una línea de fuga distinta sobre el conflicto, aunque similar.

Escrita y estrenada por Steven Berkoff en Gran Bretaña en 1986, Hundan el Belgrano (Sink the Belgrano, en el original) es una obra de teatro escrita en clave satírica sobre la decisión de Margaret Thatcher de hundir el barco argentino. La cercanía de la puesta y el hecho histórico recuerda en parte al caso de la novela Los pichiciegos, escrita por Fogwill incluso antes de finalizar la guerra. Si bien se trata de una obra inglesa, son los propios británicos los que se encuentran satirizados, especialmente las fuerzas armadas y el poder ejecutivo. En este sentido, la caracterización de la Thatcher (y de los ingleses) se puede comparar, por otro lado, con el trabajo de Copi sobre el Peronismo en su obra teatral Eva Perón.

La obra resulta doblemente interesante al momento en que se estrena en Buenos Aires traducida, interpretada y dirigida por un equipo de trabajo argentino. La guerra de Malvinas tiene ya una larga tradición en todos los campos del arte argentino y, en lo que respecta al teatro, el año pasado Alejandro Tantanián estrenó Las islas, sobre la novela homónima de Carlos Gamerro. Hundan el Belgrano viene a ofrecer un revés de la experiencia, no sólo desde los entretelones del poder, sino también de los colimbas ingleses.

La puesta recuerda en su radical experimentalidad a la de Las islas, en tanto en ambos casos la obra se mueve casi en función de la escenografía. Monina Bonelli brilla incandescentemente como Margaret Thatcher y Lucas Lagré ilumina los costados más oscuros de la historia.


Ficha técnico artística
Autoría: Steven Berkoff
Traducción: Rafael Spregelburd
Intérpretes: Monina Bonelli, Carlos Cano, Alejandro Corp, Gustavo De Filpo, Lucas Lagré, Estanislao Milicich, Gonzalo Pastrana, Luciano Ricio, Gastón Rodriguez
Músicos: Pablo Vazquez
Vestuario: Pablo Graziano
Escenografía: a77
Iluminación: Alejandro Le Roux
Peinados: Alejandro Granado
Pelucas: Alejandro Granado
Música original: Pablo Vazquez
Sonido: Daniel Uhalde
Fotografía: Maruja Bustamante
Diseño web: Walter Montes de Oca
Diseño gráfico: Walter Montes de Oca
Coreografía: Eugenia Di Marco
Puesta en escena: Claudia Marocchi
Dirección: Claudia Marocchi
EL PORTON DE SANCHEZ
Sánchez de Bustamante 1034
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4863-2848
Web: http://portondesanchez.blogspot.com/
Sábado - 23:00 hs

Sólo vine a ver el jardín



Agua para Alejandra. Dirigida por Florencia Bethold.
(sobre Diarios de Alejandra Pizarnik)

x Martín Villagarcía

A 40 años de su fallecimiento, el espíritu de Alejandra Pizarnik vuelve a ser invocado de entre los muertos para dar cuerpo a la celebración de su poética. La obra de teatro Agua para Alejandra se suma a los festejos y propone una perspectiva y un punto de fuga distinto.

Hay una larga trayectoria teatral en torno a los textos de Pizarnik, donde quizás uno de los más visitados sea Los poseídos entre lilas, su único trabajo dramatúrgico. Entre sus incontables representaciones, probablemente sea la de Peter Pank la que logró asir mejor el texto, sus personas y su humor (sin mencionar que fue una de las pocas puestas que tomaron la obra en su integridad y no fragmentos). Por otro lado, están las obras que eligieron trabajar con sus poemas. En este caso es imposible olvidar el trabajo dirigido por Natalia Lagarreta e interpretado por Sara Calla y Marina Victoria sobre “Extracción de la piedra de locura” (el poema en prosa que cierra el libro del mismo nombre). 

Agua para Alejandra, a diferencia de estos casos, elige trabajar sobre un terreno aún no tan visitado que son los Diarios. Editados y seleccionados por Ana Becciú, conforman la última arista que quedaba por descubrir de la obra de Pizarnik. Si bien a primera vista la elección de un texto perteneciente a este género literario puede resultar problemático para el trabajo interpretativo, no hay que olvidar que el objetivo de Alejandra era fusionar la vida con la poesía. De esta manera, sus diarios (el raconto de su vida) no son otra cosa que un espacio más donde desplegar el mismo yo poético que guía su trabajo. 

El elenco de la obra está conformado por cuatro actores (Agustina Montiel, Lucila Németh, Micaela García, Nicolás Deppetre) que inerpretan distintas facetas de la voz de Alejandra. O mejor dicho, interpretan las distintas voces por las que Alejandra es hablada. De esta manera, se produce un efecto de esquizofrenia extrema, donde el sujeto está estallado y no tiene forma de recomponerse. En estas condiciones, cada palabra es, como dijo T. S. Elliot en uno de los poemas favoritos de Pizarnik, “el intento por recuperar lo que ha sido perdido y encontrado y perdido una y otra vez”. El espacio utilizado, conformado por cuartos de baño, ventanas diminutas y escaleras que no llevan a ningún lado, otorga la claustrofobia necesaria para encerrar a esas cuatro voces y franquearles toda posibilidad de salida.

Ficha técnico artística
Dramaturgia y Dirección: Florencia Bethold.
Iluminación: Juan Fernández Gebauer.
Utilería y Vestuario: Ezequiel Galeano.
Música: Iván Espeche.
Elenco: Agustina Montiel, Lucila Németh, Micaela García, Nicolás Deppetre.
Teatro: El Grito – Costa Rica 5459
Funciones: Viernes 21:30 Hs
Entradas: $50 y $35

Una noche para el amor

Quiero pasar una tarde con Franco. Escrita y dirigida por Martín Marcou.

x Martín Villagarcía


Por tercer año consecutivo, luego de dos exitosas temporadas, Martín Marcou vuelve a presentar Quiero pasar una tarde con Franco. La obra se estrenó en 2010, momentos antes de la sanción de la ley de matrimonio igualitario y, en el presente 2012, vuelve a dialogar con la realidad política y la ley de identidad de género. 
 
Quiero pasar una tarde con Franco es una obra sobre la identidad y las formas que encontramos de vivir juntos. La trama responde a una comedia de situación: Valentino (Marco Gianoli) invita a Franco (Gabriel Zuccarini) a merendar en agradecimiento por haberlo socorrido después de un robo. El encuentro casual se transforma en cita, pero se ve interrumpido por la familia de Valentino, que miembro por miembro va llegando al salón comedor para aguar la (posible) fiesta. Las identidades de cada uno de los personajes están construidas desde el estereotipo: Por un lado, Franco es un profesor de Letras intelectual, culto, miembro de una agrupación y con preocupaciones políticas. Por el otro, Valentino es un chico joven y superficial. En una suerte de relectura de El beso de la mujer araña de Manuel Puig, los dos personajes enfrentan sus diferencias y lenguajes, merienda de por medio, con el fin de lograr un encuentro.

La familia de Valentino también está construida desde el lugar del estereotipo: la madre fálica con presencia fuerte (Puchi Labaronnie), la hermana con retraso mental (Rosario Sabarrena), el primo loca (Pedro Luis Aggollia) y el hermano chongo (Eugenio Davide). Todos ellos forman una caricatura de la familia de clase media y sus parlamentos tienen que ver con ese universo: la inseguridad, el machismo, etc. En consonancia con la ley de matrimonio igualitario, lo que la obra pone en debate es la familia como forma de vida, especialmente aquellas que escapan a la norma, como es este caso. Es en la vacilación de aceptar la homosexualidad del hijo donde se tensa el problema de la identidad, algo que se hace extensivo al contrapunto de Franco y Valentino, que tienen más de una diferencia que superar.
Cabe destacar el excelente empleo del humor, especialmente en el personaje de la madre. El trabajo de Marcela Groppa remite felizmente a las mujeres interpretadas por Alejandro Urdapilleta en los números que hacía con Humberto Tortonesse y Batato Barea en Parakultural y el programa de Antonio Gasalla.


Ficha técnico artística
Dramaturgia: Martín Marcou
Actúan: Pedro Luis Aggollia, Eugenio Davide, Marco Gianoli, Puchi Labaronnie, Gabriel Zuccarini, Rosario Sabarrena
Vestuario: Eleonora Boffi
Escenografía: Ana Paula Fort Caneda
Maquillaje: María Sol Osimi
Diseño de luces: Ariel Campos
Realización de escenografia: Esteban Fort Caneda
Fotografía: Leandro Martínez
Diseño gráfico: Vanina Moreno
Asistencia de vestuario: María Cecilia Jazmín
Asistencia general: Valeria Actis, Ana Rossi
Asistencia de dirección: Ariel Campos
Prensa: Mariano Casas Di Nardo
Producción: Checha Amorosi
Coreografía: Aymará Abramovich
Dirección: Martín Marcou
Web: http://quieropasarunatardeconfranco.blogspot.com/
MULTIESPACIO LOS ANGELES
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Sábado - 23:00 hs