Despedida, hay que pasarla bien




x Mercedes Pardo


Bajo el lema “hay que pasarla bien”, cuatro ex compañeras de colegio, más la prima uruguaya desconocida que viajó especialmente para la celebración, se juntan a festejar una despedida de soltera. Botellas de cerveza sobre una mesa ratona, guirnaldas alusivas colgando de las paredes, globos que se inflan sin mucho esmero, juegos programados por la única que tuvo tiempo, y ganas, un disfraz erótico para la homenajeada, el show de un streeper y el milhojas uruguayo que trajo la prima desde sus tierras, son las primeras fichas que se juegan en esta obra, que, sin advertencia previa y con un humor sutil pero infalible, coloca bajo la lupa el presente enclenque de estas post-adolescentes.

Discusiones y situaciones disparatas ponen en relieve a cada uno de estos personajes que se nos van tornando cada vez más familiares a medida que pasan los actos: la amiga rockera de orientación sexual dudosa, la ponzoñosa que abocada por completo al trabajo intenta olvidarse de sus frustraciones, la amiga indecisa que recopila nuevas experiencias, que en forma de anécdotas, van a ser los ases bajo su manga cada vez que necesite ser el centro de atención, la prima que con su inocencia pueblerina termina siendo, sin sospecharlo, el blanco fácil, y por último la agasajada que mediante los juegos planteados a lo largo de la noche, esquiva preguntas maliciosas y propuestas indecentes dejando que en todo caso las respuestas vayan deslizándose hasta caer certeras sobre el escenario.



Ficha Técnico Artística
Actuán:
Lorena Azconvieta - Cinthia Cozzi - Carolina Guareschi - Ana Sancho - Guadalupe Bervih - Gerardo Porión.
Diseño de Luces:
Facundo Estol
Escenografía:
Mariano Francescutti
Diseño de vestuario:
Sol Ruiz Luparia
Asesoramiento coreográfico:
Laura Vazquez
Fotografía: Elena Novogrudsky
Diseño Gráfico: Pablo Sosa
Colaboración en Dirección: Alejandra Mazzeo
Prensa: Ezequiel Hara Duck
Comunicación Digital: Vivian García Hermosi
Dramaturgia y Dirección: Carolina Guareschi y Gimena Guardia


Teatro Anfitrión – Venezuela 3340
Funciones: Viernes 23:15hs.
Entrada: $40. Estudiantes y Jubilados: $30.
Reservas: 4931-2124

www.hayquepasarlabien.com.ar


El tiempo todo entero


(versión de El zoo de cristal, de Tenessee Williams)



x Sol Echevarría



La primera escena de El zoo de cristal, comienza cuando el protagonista vestido de marinero prende cigarrillo y le dice al público: “Como es una comedia de recuerdos, hay poca luz, es sentimental, no es realista. En la memoria, todo parece acontecer con música. Ello explica el violín que se oye, entre bastidores. Yo soy el narrador de la comedia y también uno de sus personajes. Los otros son mi madre Amanda, mi hermana Laura y un candidato matrimonial que aparece en las escenas finales”. A diferencia de esta obra, la versión de Romina Paula comienza sin preámbulos con la canción “No hay nada más difícil que vivir sin ti”, de Marco Antonio Solís, que Antonia (Pilar Gamboa) y su hermano (Esteban Bigliardi) bailan. Si El zoo de cristal cuenta el abandono del hermano, narrado desde su perspectiva como recuerdo, esta canción anticipa de alguna manera el viraje que hace la obra de Romina Paula respecto a Tenesse Williams: la que ahora narra y recuerda es ella. Esta canción se expande por el aire al principio y al final de la obra, cuando Antonia llora desconsolada tras enterarse de que su hermano se quiere ir a vivir a España.

Algunos conflictos y roles prevalecen pese a que no haya ni una sola línea en común con el original del dramaturgo norteamericano. También varios elementos aparecen de manera trastocada. Por ejemplo, el personaje de la hermana no hace taquigrafía sino que teclea en la computadora. Las piezas de cristal son reemplazadas por miniaturas de plástico y una rana títere. El cuadro del padre que cuelga de la pared es el retrato del padre, no ya de ella como en El zoo de cristal, sino de la pintora mexicana Frida Kahlo. Este es el modelo femenino que se establece. Constantemente se hace alusión a su obra y a su vida. Este cuadro, muestra la imagen del hombre pintado al lado de su cámara de fotos. Acostumbrada a ser retratada por su cámara, Frida invierte la ecuación al apropiarse de la imagen del recuerdo (cuando lo pinta, su padre ya había muerto), al igual que lo hace Antonia en esta obra. También, como en sus autorretratos, se expone y problematiza el vínculo entre adentro y afuera.

Frente al modelo trabajador de su madre, sostén de la familia, Antonia decide dedicarse al ocio. De una manera pasiva, ella se enfrenta a todo. Detesta la superficialidad de los vínculos sociales. Habla incluso de lo ridículo que le parece la idea de viajar, porque no es la manera de conocer lugares. Ni siquiera quiere salir de su casa, no porque sea una mujer tullida o impedida por alguna razón externa, sino porque no quiere. Podría decirse que el “preferiría no hacerlo” de Bartleby, el escribiente es encarnado en su discurso por momentos nihilista. Es alguien que decide salir del sistema de producción, y por ende de la sociedad que lo sostiene, y tiene un discurso consolidado al respecto. Tan fuerte es su palabra, que constantemente se confronta con la de su madre (Susana Pampín), dando como resultado momentos de alta tensión.

La madre es una mujer independiente, moderna y jovial que tiene una personalidad fuerte. Lorenzo, el hermano, en cambio, no. Mientras ellas hablan, discuten y toman decisiones, él se sumerge en su lectura de Moby Dick, cuyo autor, Melville, es también el de Bartleby. El universo femenino que lo rodea, lo oprime. Por eso encuentra en la huida su única posibilidad. El otro hombre que aparece en escena es Maximiliano (Esteban Lamothe), el pretendiente, aparecerá para cuestionar algunos supuestos. Es en el diálogo con éste donde se exacerba una crítica a la sociedad con todas sus contradicciones ya que opera como contrapunto. Él es un chico de barrio que trabaja en una pizzería y en sus ratos libres se junta con amigos.

En la didascalia del primer acto de El zoo de cristal se explica: “El escenario es el recuerdo y por lo tanto no es realista. El recuerdo permite muchas licencias poéticas. Omite algunos detalles, otros se exageran, según el valor sentimental de los objetos que toca, ya que la memoria radica preferentemente en el corazón. Por eso, el interior es bastante oscuro y poético”. En la obra de Romina Paula el ambiente no es realista, es un cubo rodeado por caños que delimitan el departamento. La escenografía, diseñada por Alicia Leloutre y Matías Sendón permite ver como se comunican los espacios, pero los delimita simbólicamente. Tampoco el tiempo es realista, ya que los personajes entran y salen, se cambian de ropa, sin que se sepa cuánto tiempo transcurre entre una cosa y otra. La obra no tiene apagones, su tiempo está todo entero.



FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Elenco: Pilar Gamboa, Susana Pampín, Esteban Bigliardi y Esteban Lamothe
Espacio: Alicia Leloutre y Matías Sendón
Luz: Matías Sendón
Sonido: Ignacio Bouquet
Asistencia: Leandro Orellano
Dirección: Romina Paula

Espacio Callejón - Humahuaca 3759 – Tel: 4862-1167
Miércoles 21 hs.
Localidades: $ 35.-


La Plebe, tronación histórica



x Ayelen Bonapelch

Se dice que las revoluciones son momentos de caos, de agitación, momentos de sangre y crucifixión, y también se dice que en la guerra es donde se revela el verdadero espíritu de los hombres. Son éstas algunas de las cosas que nos transmite “La Plebe”.

Desde el comienzo la obra nos sitúa en un ambiente hostil, frío, quizás como aquel Mayo de 1810, un ambiente de revuelta, que no nos permite acomodarnos del todo en nuestra butaca. Hay algo que nos hace mantener la guardia, que nos hace estar atentos y alertas, algo que nos incomoda de algún modo, que nos pone en paralelo a esta plebe de corazones inquietos, que cansada de que decidan por ella, siente que llegó la hora del cambio.

Es ésta la obra que le da papel protagónico a las minorías siempre dejadas de lado: esclavos, putas, pobres y trabajadores son los encargados de organizar la lucha. Personajes humanos y bien logrados, que nos transmiten y hacen sentir el inconformismo ante aquel virreinato en decadencia. Un pueblo cansado de maltratos que entiende “que morir también puede ser una fiesta”, en términos de un futuro posible y no muy lejano.

La puesta en escena circular, el público ubicado en gradas escalonadas, y la escena desarrollándose en el centro, nos remontan hacia aquel teatro medieval, acompañado por la simpleza de la escenografía que parece refinar aún más la capacidad gestual y verbal de los actores.

El guión acompaña con la misma fuerza la situación de rebelión, como si todos los ingredientes de la obra estuvieran mezclados en su justa armonía para matizar el caos, la confrontación, aquella lucha por los ideales de forjar la patria.

La Plebe con dramaturgia de Flora Gró, Lucas Olmedo y Andrés Mangone nos atrapa, nos conmueve, nos invade y no nos deja ir sin sentir aquel tiempo de muerte, que fue también un tiempo de nacimiento: la patria que nacía, que empezaba a pararse sobre sus propias piernas para empezar caminar, a los tropiezos pero con la determinación de dejar el miedo atrás y pensar en un futuro en común.


Producción ejecutiva: Paula Baró
Producción general: Julián Krakov
Dirección: Andrés Mangone

TEATRO DEL ABASTO
Humahuaca 3549 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4865-0014
Web: http://www.teatrodelabasto.com
Entrada: $ 40,00 - Jueves - 21:00 hs

Estamos juntas en esto




x Martín Villagarcía
(Foto: Darío Mazzanti)


Paraná Porá de Maruja Bustamante es una obra de teatro cyberpunk. El mundo que plantea es un mundo apocalíptico en donde el desastre arrasó con todo y lo único que dejó es una balsa con dos mujeres, una embarazada y ambas enamoradas del mismo hombre muerto. La puesta en escena hace hincapié sobre estas condiciones, consistiendo únicamente en la embarcación maltrecha. Sin embargo, este planteo que podría lindar con lo bizarro, está hecho en función de algo más que la ciencia ficción; lo que se discute en la obra es la posteridad: ¿qué hacer después de la revuelta?

La Gringa (Mónica Bonelli) y la Polaca (Valeria Lois) son las dos sobrevivientes de la hecatombe que devienen Adán y Eva. La Gringa representa la figura femenina, extremada por su domesticidad y su embarazo, mientras la Polaca cumple con el papel masculino, principalmente por sus dotes de cazadora. Sin embargo, las dos siempre recuperan su condición de mujeres solas, abandonadas por un mismo hombre y obligadas a permanecer juntas a la deriva. Atrapadas en esa balsa, se vuelven dobles de Valentín y Molina de El beso de la mujer araña. En vez de contarse películas, se narran la una a la otra una misma historia (la del Santo, el hombre que las dejó), hilvanando de este modo, junto con la música en vivo de la arpista, un remedio para calmar el dolor. A pesar de la melancolía del relato, la nostalgia queda bloqueada por el futuro, puesto que de ese pasado no queda nada. Así, las dos protagonistas se convierten en Thelma y Louise, escapando en pos de un porvenir mejor hasta que la muerte las separe.

Paraná Porá se inscribe en el debate acerca de la comunidad (del cómo vivir juntos), pero también en el de la familia. Dejando al hombre por fuera, la relación que se establece entre ellas dos y el hombre por venir (el hijo de la Gringa) es la de la familia por fuera del orden patriarcal; es decir, la familia después de la ley de matrimonio: la familia del futuro.



FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia: Maruja Bustamante
Actúan: Monina Bonelli, Valeria Lois
ARPA: Sonia Alvarez
Escenografía: a77
Objetos: Carolina Villacorta
Maquillaje: Bimbo Godoy
Diseño de vestuario: Candelaria Aaset
Diseño de luces: Javier Casielles
Fotografía: Marcos López
Asistencia artística: Matias Gael Policano Rossi
Prensa: Debora Lachter
Producción: María Solari
Puesta en escena: Maruja Bustamante
Dirección de actores: María Urtubey
Dirección GENERAL Y PUESTA EN ESCENA: Maruja Bustamante

CIUDAD CULTURAL KONEX
Sarmiento 3131 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4864-3200
Web: http://www.ciudadculturalkonex.org/
Entrada: $ 35,00 y $ 25,00 - Miércoles - 21:00 hs

Vestuario de hombres



x Lucía Viera Rodriguez


Un vestuario con lockers, bancos y duchas iluminados a la luz de tubos fluorescentes es el escenario en que se desarrolla Vestuario de hombres, una obra escrita y dirigida por Javier Daulte que, junto con la obra Vestuario de mujeres, conforman el Proyecto Vestuarios. En ambos casos, un equipo argentino de Almagro viaja a Hungría para participar de la instancia final del Campeonato Mundial de Lacrosse (un juego real, aunque suene a inventado). Lo que se despliega en el vestuario es la situación previa y la posterior al partido a través de una acción dinámica que por momentos se fragmenta para luego volver a integrarse y el uso del espacio escénico.

Respetando la lógica grupal de un equipo deportivo, en el vestuario de hombres no hay un protagonista central: la trama está compuesta por pequeñas subtramas que se construyen con los aportes de los once jugadores. En varias ocasiones resulta difícil contener la risa, dada por una empatía que por momentos da lugar al rechazo. El final es oscuro y, si se quiere, hasta triste. ¿Cómo se llega a la tragedia? Por esta sumatoria de pequeños conflictos, donde cada uno de los personajes va aportando pequeñas dosis que, sumadas entre sí, conducen a una sobredosis. En esta intimidad entre colegas del mismo sexo salen a relucir temas como la homofobia, la competitividad, el compañerismo, la serruchada de piso, entre otros. Si hubiera que elegir uno, el conflicto principal de la obra estaría dado por el consumo de una droga que los hace jugar mejor (de aspecto y uso similar a la cocaína) y su posible penalización.

Tal vez la mayor debilidad sea justamente en los momentos de llanto. “Boys don´t cry”, dice la canción. Algo de cierto hay, porque a estos muchachos tanto no les sale. Otro momento dudoso, contrapuesto al llanto, es el que exhibe un derroche de testosterona, virilidad y violencia. Por el contrario, el mayor acierto tiene que ver con los episodios más bajos a nivel dramático. Es allí donde uno se siente voyeurista de una escena cotidiana: hablan todos al mismo tiempo y mucho no se entiende qué pasa. Allí el espectador forma parte de su intimidad, a menudo abrumadora ya que sus cuerpos se pasean, desnudos y reales, casi al alcance de la mano.


Ficha técnico-artística
Dramaturgia & Dirección General: Javier Daulte
Asistencia de Dramaturgia & Director Adjunto: Héctor Díaz
Asistencia de Dirección: Leandro Orellano, Ezequiel Peleteiro
Producción Ejecutiva: Sebastián Polito
Vestuario: Mariana Polski
Escenografía: Alicia Leloutre
Iluminación: Gonzalo Córdova
Asesoramiento en Danza: Luciana Acuña
Elenco: Joaquín Berthold, Federico Buso, Julián Calviño, Gerardo Chendo, Héctor Díaz, Juan Grandinetti, Walter Jakob, Javier Niklison, Marcelo Pozzi, William Prociuk, Ezequiel Rodríguez

ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759 CABA
Reservas 4862-1167
http://www.espaciocallejon.blogspot.com/
Viernes 21:00 hrs / Sábado 23:00 hrs

Un lugar llamado Urdinarrain




x Martín Villagarcía
(Foto: Darío Mazzanti)


Urdinarrain de Hernán Morán relata el encuentro familiar que se produce entre un grupo de hermanas a partir de la muerte de la madre. Si bien al principio la pregunta que motiva esta reunión es qué hacer con las cosas de mamá (incluyendo la casa en la que todas crecieron), lo que se pone más bien en discusión es una política de la convivencia: ¿cómo vivir juntos? ¿Cómo convivir con el dolor?

La idea de comunidad está en primer plano en la obra, no sólo por el hecho de que los personajes en escena sean todos miembros de un mismo grupo (la familia), sino porque están insertos dentro de un contexto físico particular como el pueblo (Urdinarrain, Entre Ríos, en este caso). Allí está la casa, que funciona como una versión en miniatura de la pequeña ciudad, cuyos límites son las sábanas colgadas para aprovechar el sol antes de que se aproxime la tormenta. Urdinarrain hace énfasis en lo público (es decir, lo político) en la medida en que la mayor parte de la acción transcurre en el espacio comunitario por excelencia que es el comedor, y los únicos otros dos espacios disponibles son el jardín y el fuera de escena (las habitaciones).

Alrededor de la mesa los miembros de la familia representan sus roles: el de la hija responsable, la tonta, la seria, etc. e intentan convivir pese a sus diferencias. Aunque el lazo es familiar, hay algo del orden de lo oculto en los personajes y en las situaciones. Ejemplo de ello es el fantasma (Pilar Abentín) que ronda todo el tiempo arrastrando su canto melancólico, pero también son los secretos que se van develando y sobre los que se especula a partir del chisme. En todos los casos lo que se descubre es lo siniestro, desde el gorrión que se le clava en el ojo al sobrino que llega de visita (Andrés Passeri), al accidente del niño en el jardín un día lluvioso.

El mundo representado en Urdinarrain es el de lo familiar, pero por detrás de eso está lo femenino que, como en las películas de Almodóvar y las novelas de Manuel Puig, viene aparejado con el dolor. Dolor por la pérdida que implica la muerte de la madre, pero sobre todo dolor por la soledad en la que se encuentran arrojadas cada una de estas mujeres.


FICHA ARTÍSTICA
Autoría: Hernán Morán
Actúan: Pilar Abentín, Maruja Bustamante, Mayra Homar, Andres Passeri, Adriana Pregliasco, Nadia Szachniuk, María Urtubey, Lourdes Invierno
Vestuario: Valeria Casielles
Iluminación: Javier Casielles
Realización escenográfica: Javier Casielles
Música original: Nadia Szachniuk
Ilustrador: Tulio Gómez Álzaga
Asistencia artística: Ezequiel Matzkin
Prensa: Carolina Alfonso
Producción ejecutiva: Valeria Casielles
Colaboración en dramaturgia: Ezequiel Matzkin
Dirección: Hernán Morán

SABADOS 21 HORAS
$40 Y $25 EST Y JUB
TEATRO LA CARBONERA
BALCARCE 996 (ESQ CARLOS CALVO)
RESERVAS AL: 4362 - 2651


El desarrollo de la civilización venidera

(Versión de Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen)



x Lucía Viera Rodriguez


La pareja protagonista conformada por Nora y Jorge Helder, alude desde el comienzo de la obra a una película que ambos vieron juntos en el cine antes de iniciarse la acción. Se trata de Escenas de la vida conyugal de Ingmar Bergman, que retrata un matrimonio que después de varios problemas termina en divorcio. En un episodio de esta película, el marido no quiere firmar el divorcio y arremete contra su mujer. No quiere dejarla ir pero, después de golpearla, culposo, firma. El final de la obra teatral es muy similar ya que el deseo femenino de Nora encuentra la oposición salvaje de su marido que le grita “Podría matarte, Nora” mientras la golpea una y otra vez contra la pared de la cocina. Esta escena añade un plus de violencia a la obra original de Henrik Ibsen, y la resignifica. El portazo de Nora que se va y deja a su esposo e hijos queda ahora en suspenso.

En sus propias escenas de vida conyugal, se ve una división de roles muy marcada: Jorge pretende controlar no sólo los gastos que se producen en la casa, sino incluso lo que come su mujer. Como estrategia de dominación, la condena a sostener una masa corporal insignificante, que contrasta con su propia gordura. El único medio que tiene Nora para enfrentarse a él es alimentar su deseo en secreto. A escondidas come caramelos y oculta préstamos económicos. Son las tretas del débil.

Toda la acción se trama a espaldas de Jorge quien, en su afán por dominar la escena, termina por no ver nada de lo que sucede. De hecho, al inicio de la obra, Nora se adelanta para entrar en la casa y explicarle a las otras dos mujeres que allí se encuentran: “Ahora Jorge va a entrar y lo primero que va a decir es: Cada pareja un mundo. Y va a hablar y hablar, fatalmente, de la plata que se gasta en esta casa. Bueno, necesito que le resten importancia a lo que él diga”. Él es tan imponente como predecible. Sólo al final, cuando se de cuenta que ya no puede dominar la situación, entrará en su accionar lo inesperado.

La estructura dramática de la obra de Veronese permanece similar a la de Ibsen, aunque hay algunas modificaciones. Se suprimen personajes menores y se cambia el género del Dr. Rank, quien en la versión original es amigo de la familia y secreto enamorado de Nora. Ahora la Dra. Rank es una mujer particular: fría, con varios vicios y anécdotas homosexuales. Esto evidencia el desplazamiento que se produce de los géneros y de su relación con el saber. Son los personajes femeninos los que saben lo que ocurre verdaderamente y, por ello, manipulan a los hombres en la intimidad pero son estos los que detentan el poder en términos sociales. El dinero, y su capacidad de influenciar las relaciones que se despliegan en la obra, está puesto en primer plano.

Al comienzo de la obra, el personaje femenino que encarna Nora se muestra alegre y feliz mientras zapatea en el living y le tira besos en el aire a su marido. De a poco, se va revelando en la obra su fortaleza oculta, que termina por agrietar la superficialidad de su matrimonio. El mismo Helder pasa de una actitud sobreprotectora y mimosa a una violencia que va de lo verbal a lo físico. Finalmente la armonía de esa casa de muñecas se rompe. “Empezamos a parecer humanos”, expresa uno de los personajes casi al final. Pero van un paso más allá, donde su matrimonio linda con lo inhumano.



Ficha Técnico-artística
HELMER es Carlos Portaluppi
NORA es María Figueras
LA DOCTORA RANK es Ana Garibaldi
CRISTINA es Mara Bestelli
KROGSTAD es Roly Serrano

Adaptación escenográfica: Franco Battista
Asistente de dirección: Felicitas Luna
Producción: Sebastián Blutrach
Dirección: Daniel Veronese

Viernes a las 23 horas y sábados a las 20:30
Localidades $ 60.- Descuentos jubilados y estudiantes $ 30.-
Teatro Camarín de las Musas – Mario Bravo 960 – 4862-0655

Estamos todos conectados




X Martín Villagarcía
(Foto: Darío Mazzanti)

Que la hipercomuniación no hace más que alienarnos puede parecer un lugar común del discurso hoy en día. Después de más de quince años de Internet, hemos oído frases como esas hasta el hartazgo. Sin embargo, como con todo, hay formas y formas. Feizbuk, el último proyecto teatral de José María Muscari (Buenos Aires, 1976) no viene a decirnos nada nuevo al respecto. Es más, la misma obra explicita ese vacío y enuncia que no tiene mensaje. No obstante, hay algo que se juega en el modo.

Feizbuk consiste en siete actores en escena que llevan al público de gira por el mundo de la red social más popular del momento. Son siete escenas que giran en torno a numerosos personajes virtuales (y reales a la vez, aunque eso siempre está puesto en duda) y sus perfiles. A simple vista, lo que se pone en escena es una práctica de la que pocos se encuentran ajenos: el vouyerismo virtual. Hasta aquí nada nuevo, sólo que esta práctica es llevada a cabo frente a un grupo de espectadores y en una pantalla gigante. Lo siniestro del asunto es que no hay en la obra ningún plus, no se trata de exponer algo que está oculto, sino de extrañar la mirada y ver el modo en que todo está ahí afuera, disponible para ser visto. De esta manera, Feizbuk muestra el modo en que ya no hay barrera entre lo público y lo privado y extrema la apuesta convirtiendo a los actores en perfiles vivos, en movimiento y de carne y hueso. Es así como siete arquetipos nos muestran sus mundos privados, que consisten en las fotos en las que han sido etiquetados, en los videos que desean compartir, en los eventos a los que asistirán, etc.

Cada una de las siete versiones de la obra gira en torno a un tópico (o perfil) en particular representado por los actores: Míticos (actores fetiche de Muscari), Sex (género, con chicas trans y chicos gays), Tours (el extranjero), Hot (chongos y minas),Stars (aquellos tocados por la varita mágica de los quince minutos de fama), Freaks (la marginalidad) y Teens (la adolescencia en su grado más alto de calentura e histeria).

La obra de Muscari sirve como testimonio de los tiempos que corren, de las maneras que encontramos para vivir juntos y del funcionamiento de la fama y la popularidad en un mundo donde el estrellato pasa por la cantidad de “amigos” que se tienen.


FUNCIONES
Miércoles 21 hs. Feizbuk: Míticos
Jueves 21 hs. Feizbuk: Sex
Viernes 21 hs. Feizbuk: Tours
Viernes 21 hs. Feizbuk: Hot
Sábado 21 hs. Feizbuk: Stars
Domingo 19 hs. Feizbuk: Teens
Domingo 21 hs. Feizbuk: Freaks

CIUDAD CULTURAL KONEX (SARMIENTO 3131)
Entradas $40. A la venta en boletería Konex o por Ticketek (52377200 / www.ticketek.com.ar)

FICHA TECNICA
IDEA ORIGINAL, DRAMATURGIA Y DIRECCION: JOSE MARIA MUSCARI
PRODUCCION Y GESTION: HECTOR BORDONI
ASISTENCIA TOTAL: LAURA HUBERMAN
ASISTENTE DE PRODUCCION: JUAN PALACIOS
VESTUARIO Y ARTE: VESSNA BEBEK
ASISTENTE DE VESTUARIO Y ARTE: JULIETA AREVALO
DISEÑO DE ILUMINACION: DIEGO TODOROUICH, DAVID SELDES
REALIZADOR DE ESCENOGRAFIAS: NICOLAS BOTTE
REGISTRO FOTOGRAFICO: GRISELDA SEIRA
CREACION AUDIOVISUAL: LAURA HUBERMAN
PRODUCTORES ASOCIADOS: RICARDO QUIROZ, WALTER QUIROZ, JOSE CASTRO SOTO, JORGE DODDS




El orden de la muerte



x Martín Villagarcía




Una vez más el MALBA decidió importar una muestra que da cuenta del modo en que el siglo XX viajó de Europa a América luego de la última catástrofe bélica. Una vez más porque ya había traído el año pasado “Mr America”, la muestra de Andy Warhol que hoy en día sigue dando vueltas por el mundo. Esta vez el turno es de Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946) con “Eros and order”. La relación entre los dos artistas no es casual, puesto que se pueden pensar varias continuidades de Warhol en su obra.
Del mismo modo que el padre del Pop Art, Robert Mapplethorpe también hizo ingresar al museo elementos que hasta ese entonces habían permanecido por fuera de éste. No se trató en este caso de cajas de detergente o fotogramas de películas de Hollywood, sino del cuerpo y del placer homosexual. Por otro lado, al igual que en las canciones de Lou Reed y The Velvet Underground (invenciones también del genio de Warhol), desfilan por sus fotografías todos aquellos personajes centrales de la escena, desde la realeza eurotrash hasta Susan Sontag, pasando por varios de sus colegas artistas. “Eros and order” reúne gran parte de la obra de Mapplethorpe y funciona como un muestrario de todo aquello que lo fascinó. Resulta favorecedor el criterio con el que fue estipulado el recorrido, ya que generalmente no se categorizó nada y es posible pasar del retrato de Grace Jones a una flor siendo penetrada por un cuchillo para terminar en el cuerpo apolíneo de alguno de sus modelos masculinos. Sin embargo, sí hay un apartado reservado para la parte más gráfica de su obra, lo cual resulta un tanto confuso.
Un recorrido posible de la muestra es el que proponen sus autorretratos, que van desde su más adorable juventud hasta su temprano desmejoramiento, marcando de alguna manera el orden de la muerte impuesto por la época y emulsionado tan cruelmente en ese retrato de sí mismo con la calavera en primer plano.


Robert Mapplethorpe. Eros and Order
Del 4 de junio al 2 de agosto de 2010. Sala 5 (2º piso)
Curadora invitada: Anne Tucker

El amor es destructivo



x Martín Villagarcía

Amor de Fedra es la única obra de Sarah Kane (Essex, 1971) que quedaba por estrenarse en el circuito teatral porteño. Nuevamente quien se hizo cargo del desafío fue Mariano Stolkiner (Buenos Aires, 1973), que ya había experimentado con el teatro de esta autora cuando dirigió Cleansed en 2007 y 2008.

El objeto de las obras de Sarah Kane es el amor descarnado, en crudo, expuesto en todo su patetismo (Crave), desesperación (Cleansed) y, principalmente, en su soledad (4.48 Psychosis). Sin embargo, esa pasión descontrolada siempre encuentra resistencia en el tiempo que se acaba o que nunca termina y que, como fue enunciado en el film Irreversible (Gaspar Noe, 2002), lo destruye todo. Amor de Fedra no es la excepción, aún más tratándose de una relectura de una tragedia clásica.

A diferencia de la mayoría de las versiones de la obra de Séneca, en este caso quien está en el centro es Hipólito (Pablo Cura), del lado del nihilismo, opuesto a Fedra (Mónica Driollet), presa de un arrebato de amor desesperado y morboso que la conduce al suicidio. A partir de esta muerte, Hipólito deviene Mersault (protagonista de El extranjero de Albert Camus) y, tras ser acusado desde el más allá de haber violado a su propia madrastra, es juzgado por la sociedad hipócrita.

En este derrotero por una criminalidad que no le corresponde, pero tampoco le importa, se enfrenta primero con la iglesia, que acaba de rodillas ante él y luego con la turba, que lo convierte en el chivo expiatorio de aquello que hoy en día nos preocupa tanto a todos los argentinos como la “inseguridad”. La puesta de Mariano Stolkiner hace ganar mucho a la obra en este último aspecto, exacerbando el amarillismo en el uso del video como medio masivo de comunicación y dispositivo de la literalidad de la violencia a la que la televisión nos tiene condenados.

Amor de Fedra es una obra incómoda, como la realidad misma, que viene a despertarnos de la ensoñación, a mostrarnos las contradicciones de las que estamos presos. No obstante, antes de irnos, nos despide deseándonos que tengamos un buen día.


FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Autoría: Sarah Kane
Versión: Mariano Stolkiner
Traducción: Pablo Rey
Actúan: Pablo Cura, Mónica Driollet, Alejo Mango, Flavia Sinsky
Actuación en video: Guillermo Aragones, Miguel Christophersen, Graciela Cravino, Mario Petrosini, Mariano Tenconi Blanco, Valeria Vogt
Vestuario: Mercedes del Campo
Maquillaje: Agata Sara Ini
Diseño de escenografía: Mariano Stolkiner
Diseño de espacio: Matías Mango
Diseño de luces: Julio López
Realización de escenografía: Rodrigo Mujico, Eduardo Spindola, Mariano Stolkiner
Realización de video: Marcos Pastor, Mariano Stolkiner
Sonido: Lucía Palachi
Efectos especiales: Mauro Carrizo
Fotografía: Carolina Bonfil, Guido Piotrkowski
Diseño gráfico: Luciana Waisberg
Asistencia de dirección: Rodrigo Mujico
Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin
Producción ejecutiva: Bárbara Rapoport
Dirección: Mariano Stolkiner

EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3380 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 3980-1147
Entrada: $ 35,00 y $ 20,00 - Viernes - 21:30 hs - Del 23/07/2010 al 03/09/2010

Absentha o El destructor nostálgico



x Karen Ramírez Jiménez*

No es culpa de nadie nacer sin talento o en una época equivocada. Ante nuestra riente sorpresa, asistimos a la génesis de un movimiento artístico integrado por tres poetas y su profesor. Absentha de La Fronda Teatro, es una obra donde el humor se expone desde contrastes realistas y posmodernos.

Los genios de las vanguardias suelen gestarse en recovecos mugrientos, decadentes y populares. Hay un salón que nunca cambia; pasan las semanas, los meses, los años, y nos damos cuenta que un espacio donde se dan clases de globología o salsa puede atrapar a los individuos; obligarlos a volver a él porque éste es el testigo silencioso de sus cambios. Un espacio realista no cómico donde sucede una acción simple dilatada, dando profundidad al comportamiento en función de la intimidad creativa de los personajes y las relaciones entre ellos. Si bien puede encajar en el género de pieza (ALATORRE: 1986), sostiene fuertes elementos de comedia negra (PAVIS: 1996).

Entre rima y rima, imágenes de la playa o el pus, están latentes los tintes existencialistas urbanos, la sensiblería con la sensibilidad, el desprecio. Lo cómico y los límites de la agresión en la obra van desarrollándose desde personajes hiperindividuales y hedonistas que van exponiendo su narcisismo colectivo (LIPOVETSKY:1983), que forman un movimiento vanguardista en contradicción con su incapacidad de pensarse como grupo; el desprecio por el trabajo artístico no solo de sus enemigos o adversarios, sino también por el de sus compañeros; la oposición entre añorar la gloria de poetas del pasado y evaluar a sus inmediatos generacionales como obsoletos; al final, la indiferencia con su tiempo histórico.

La burla no solo es explorada desde los juegos de palabras, encontramos elementos simples en el vestuario que nos recuerda que para ser artista, se invoca y se imita a los genios del pasado, ¿Cuántos artistas no se esfuerzan en lucir como tales? Entonces la crítica es arrolladora, como espectadores asistimos a la pugna entre individuos de la misma clase social, de colegas, de poetas que quieren que su obra sea reconocida como única.

Con Absentha recordamos un poco a Pinter por el tratamiento del espacio, el ritmo escueto y aparentemente lento; pero hay un particular tratamiento del humor sobre el patetismo, el ego, la idolatría a maestros que tienen talento de abusadores y cuya autoridad es apenas discutida por su pequeña secta. Ante nosotros el juego de los maltratos o la pleitesía.

En el salón de la rata muerta -o el submundo-, un trago de absenta es la invitación a la destrucción, al encuentro, a la revelación. Un conserje limpia, pega y despega carteles de huelga, es un fantasma que nadie ha visto –salvo el público-, dilata el ritmo y funciona como un elemento de extrañamiento. En la noche, cuando cierra el centro de cursillismo o los eternos talleres, -¿acaso particularidad de la dinámica artística porteña?- nos damos cuenta que el mundo no cambia, y los poetas son tan importantes en el mundo como ese salón del que salieron.


*Karen Ramírez Jiménez.
Lic. Artes Escénicas UPN (Bogotá-Colombia)
Maestría en Teatro y Cine Latinoamericano y Argentino UBA


FICHA TÉCNICA
La Fronda teatro
ABSENTHA
De Alejandro Acobino
DIRECCIÓN
Ana Sánchez
Actúan
Rodolfo Demarco
Jose Mehrez
Fernando Migueles
German Rodriguez
Pelos
Ale Granado
Diseño de Luces
Sergio Cucchiara