Absentha o El destructor nostálgico



x Karen Ramírez Jiménez*

No es culpa de nadie nacer sin talento o en una época equivocada. Ante nuestra riente sorpresa, asistimos a la génesis de un movimiento artístico integrado por tres poetas y su profesor. Absentha de La Fronda Teatro, es una obra donde el humor se expone desde contrastes realistas y posmodernos.

Los genios de las vanguardias suelen gestarse en recovecos mugrientos, decadentes y populares. Hay un salón que nunca cambia; pasan las semanas, los meses, los años, y nos damos cuenta que un espacio donde se dan clases de globología o salsa puede atrapar a los individuos; obligarlos a volver a él porque éste es el testigo silencioso de sus cambios. Un espacio realista no cómico donde sucede una acción simple dilatada, dando profundidad al comportamiento en función de la intimidad creativa de los personajes y las relaciones entre ellos. Si bien puede encajar en el género de pieza (ALATORRE: 1986), sostiene fuertes elementos de comedia negra (PAVIS: 1996).

Entre rima y rima, imágenes de la playa o el pus, están latentes los tintes existencialistas urbanos, la sensiblería con la sensibilidad, el desprecio. Lo cómico y los límites de la agresión en la obra van desarrollándose desde personajes hiperindividuales y hedonistas que van exponiendo su narcisismo colectivo (LIPOVETSKY:1983), que forman un movimiento vanguardista en contradicción con su incapacidad de pensarse como grupo; el desprecio por el trabajo artístico no solo de sus enemigos o adversarios, sino también por el de sus compañeros; la oposición entre añorar la gloria de poetas del pasado y evaluar a sus inmediatos generacionales como obsoletos; al final, la indiferencia con su tiempo histórico.

La burla no solo es explorada desde los juegos de palabras, encontramos elementos simples en el vestuario que nos recuerda que para ser artista, se invoca y se imita a los genios del pasado, ¿Cuántos artistas no se esfuerzan en lucir como tales? Entonces la crítica es arrolladora, como espectadores asistimos a la pugna entre individuos de la misma clase social, de colegas, de poetas que quieren que su obra sea reconocida como única.

Con Absentha recordamos un poco a Pinter por el tratamiento del espacio, el ritmo escueto y aparentemente lento; pero hay un particular tratamiento del humor sobre el patetismo, el ego, la idolatría a maestros que tienen talento de abusadores y cuya autoridad es apenas discutida por su pequeña secta. Ante nosotros el juego de los maltratos o la pleitesía.

En el salón de la rata muerta -o el submundo-, un trago de absenta es la invitación a la destrucción, al encuentro, a la revelación. Un conserje limpia, pega y despega carteles de huelga, es un fantasma que nadie ha visto –salvo el público-, dilata el ritmo y funciona como un elemento de extrañamiento. En la noche, cuando cierra el centro de cursillismo o los eternos talleres, -¿acaso particularidad de la dinámica artística porteña?- nos damos cuenta que el mundo no cambia, y los poetas son tan importantes en el mundo como ese salón del que salieron.


*Karen Ramírez Jiménez.
Lic. Artes Escénicas UPN (Bogotá-Colombia)
Maestría en Teatro y Cine Latinoamericano y Argentino UBA


FICHA TÉCNICA
La Fronda teatro
ABSENTHA
De Alejandro Acobino
DIRECCIÓN
Ana Sánchez
Actúan
Rodolfo Demarco
Jose Mehrez
Fernando Migueles
German Rodriguez
Pelos
Ale Granado
Diseño de Luces
Sergio Cucchiara